Este año celebramos el 150 aniversario del nacimiento de Vladimir Ilich Ulyanov, conocido como Lenin, quien dejó su huella en el siglo XIX y principios del XX. Los marcó tanto por su papel como teórico y filósofo marxista, continuador de la obra de Marx y Engels y también como el de líder revolucionario, alma y organizador de la construcción del Partido Comunista Bolchevique y la gran revolución socialista de octubre en Rusia.
Su nombre está asociado para siempre con el trabajo de liberación nacional y humana para los pueblos, que representó la formación y luego el desarrollo de la URSS.
Fue porque comprendió y analizó la naturaleza del imperialismo que Lenin y los bolcheviques, bajo las condiciones de un imperio ruso comprometido en la gran confrontación dentro del imperialismo de la época, supo y fue capaz de dirigir la lucha del proletariado y las masas en dirección a una revolución que rompió el eslabón débil del imperialismo.
Fue bajo estas condiciones, en medio de las peores dificultades y de la intervención militar extranjera masiva, que los revolucionarios, bajo su liderazgo, pudieron derrotar y establecer el poder soviético. Las opciones estratégicas, comenzando con la electrificación del país y que han continuado con la industrialización, han permitido el ascenso de la URSS al rango de una potencia capaz de resistir las presiones imperialistas y desempeñar un papel decisivo en el aplastamiento del nazismo.
De esta matriz nacieron los partidos comunistas de todo el mundo, que al romper con las formaciones socialdemócratas, que su oportunismo había llevado a apoyar la guerra imperialista, hicieron posible de constituir un movimiento revolucionario mundial. La existencia de la URSS jugó un papel importante en las luchas de liberación nacional que marcaron la segunda mitad del siglo XX y en el equilibrio de poder a favor de los trabajadores de todo el mundo.
Hoy, la derrota de la URSS ha llevado a una disminución de las fuerzas revolucionarias. Muchos partidos comunistas se han convertido en partidos de "izquierda" que ya no desafían el dominio del capital. El capitalismo domina la economía mundial y si la derrota de la URSS le dio un respiro, las luchas dentro del imperialismo se redoblaron en intensidad por una distribución del mundo, fuentes de energía, materias primas industriales o agrícola, control de rutas de comunicación, tierra, flujos financieros y mano de obra en un contexto de globalización de la producción bajo el control de grandes empresas transnacionales. Más que nunca, la cuestión del imperialismo es decisiva en las luchas emprendidas por las clases trabajadoras y los pueblos por su liberación, para derribar al capitalismo cuyo daño es tan grande que pone en peligro a la humanidad misma. y para construir una sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre: una sociedad socialista. Bajo estas condiciones, la contribución teórica del trabajo de Lenin es fundamental para confrontarlo y desarrollarlo desde las realidades del capitalismo actual en todas sus dimensiones. Es en este sentido que nuestro partido revolucionario COMUNISTA que se creó en 2002, porque ya no había un partido revolucionario en Francia, registró su filiación en la del marxismo leninismo y estableció sus relaciones con los partidos comunistas. en el mundo.
