Gantry 5

 

N°13-02/05/2021 La "revisión integrada de seguridad, defensa, desarrollo y política exterior" publicada el 16 de marzo desarrolla los futuros ejes estratégicos del Reino Unido en el contexto del post-brexit y un mundo en pleno cambio en el equilibrio de poder dentro del 'imperialismo .

Esta "global Britain in a competitive age" (Gran Bretaña global en una era competitiva) tiene como objetivo dar una dirección de largo plazo a la política internacional y de defensa del Reino Unido. Como era de esperar, dado el impetuoso desarrollo de la Asia capitalista, la mirada se dirige a la zona Asia-Pacífico que se considera: "el nuevo centro geopolítico del mundo".
Esta apreciación se suma a la de Estados Unidos, que desde Obama ha considerado a Asia como el principal escenario del enfrentamiento entre las grandes potencias occidentales y sus aliados y China.
En este sentido, el Reino Unido, que tiene una fuerte experiencia colonial en Asia-Pacífico, pretende integrarse en la Asociación Transpacífica (Asociación Transpacífica integral y progresiva). Este acuerdo está vigente para los siete países que lo han ratificado: Australia, Canadá, Japón, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam. Al mismo tiempo, el Reino Unido trata de acercarse a la ASEAN (Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam). Esta organización, fundada en medio de la Guerra Fría, tenía el objetivo a su creación, como la OTAN, luchar y contener el comunismo en Asia. Hoy, se trata de dar cabida a una China competidora en su rápido desarrollo capitalista. Al mismo tiempo, el Reino Unido sigue siendo un pivote de la OTAN en Europa, donde ella está remolcada por los de Estados Unidos. Estas orientaciones no deberían disgustar a Estados Unidos, que está trabajando para fortalecer sus alianzas militares contra China. Este es el significado de la intensa actividad diplomática estadounidense en Asia durante la semana pasada. Así, el viaje a Tokio, luego a Seúl el miércoles, del jefe de la diplomacia estadounidense Anthony Blinken, junto al secretario de Defensa Lloyd Austin, marca la primera visita al exterior de altos representantes de la administración del presidente Joe Biden y interviene después de una reunión virtual la semana pasada del "Quad" (el diálogo cuadrilátero de seguridad entre los líderes de Estados Unidos, Japón, Australia e India).
El Reino Unido, si bien considera a China como un "socio" -la importancia del mercado chino y el dinamismo de su economía no permiten que se le ignore-, pretende, por tanto, formar parte del proceso de confrontación impulsado por Estados Unidos. El deseo expresado recientemente por el Reino Unido de aumentar significativamente su potencial nuclear, que es la primera vez en mucho tiempo, atestigua el papel mundial que se propone desempeñar. Dado que sus habilidades la restringen a un cierto límite, está claro que el Brexit y su relativa marginación en Europa la están arrastrando hacia una mayor dependencia del imperialismo estadounidense. Esta búsqueda de un lugar en la competencia global está llevando al Reino Unido a la reorientación estratégica en curso al mismo tiempo que sus límites lo sitúan aún más bajo el dominio de Estados Unidos. Por tanto, podemos ver con estas nuevas orientaciones estratégicas, que el equilibrio de poder, económico, militar y político está en plena evolución. Lo que emerge ante nuestros ojos refleja una competencia permanente que se exacerba cada vez más con el desarrollo del capitalismo. Es la búsqueda y el acaparamiento de recursos naturales y su explotación, la apertura de nuevos mercados. Estos enfrentamientos dentro del sistema imperialista ya están haciendo que los pueblos paguen un precio alto y aumentan los peligros de una guerra ampliada que seguiría a los múltiples conflictos regionales mantenidos por las potencias imperialistas.